De regreso de la muerte

Feb 24, 2019    Eduardo Gallareta    Serie: A los santos

Si miramos a nuestro alrededor, el diagnóstico de Pablo no parece coincidir con la realidad. Resulta difícil pensar que un intelectual no creyente, con una mente brillante esté muerto, o un futbolista o una estrella de cine lo estén. Pero la esfera más importante del ser humano y a la que Dios se refiere en su diagnóstico, no es el cuerpo, ni la mente, ni la personalidad, sino su espíritu. Una vez que la persona está muerta, nada puede hacerse.

Pero Dios comienza con personas que están muertas –en el verdadero sentido de la palabra–, muertas en sus pecados. Dios no se intimida con la muerte. Nuestros pecados nos llevaron a la muerte, pero Dios actuó con poder y gracia y nos hace vivos en Cristo. ¿Y nosotros? ¿Estamos vivos o muertos?