Ya llegamos al final del taller de interpretación de la Biblia, y entonces tiene sentido que esta última sesión trate sobre el tema de la aplicación de nuestro estudio Bíblico. No estudiamos las Escrituras con el objetivo de reunir datos interesantes, estudiamos las Escrituras porque creemos que son inspiradas por Dios y son útiles para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia. Esto implica una puesta en acción de lo que aprendemos en la Biblia. En otras palabras, nuestro estudio debe de terminar con una aplicación.
Nuestra herencia presbiteriana reconoce el impacto que las Escrituras deben tener en las vidas de quienes las estudiamos. Así, quienes compusieron el Catecismo Menor de Westminster se preguntaron ¿Qué es lo que principalmente enseña la Biblia? Y la respuesta que dieron es que la Biblia enseña principalmente qué es lo que el hombre debe creer acerca de Dios y los deberes que Dios requiere del hombre. Esta respuesta reconoce que la correcta interpretación de la Biblia debe afectar a quienes la estudiamos en dos grandes categorías: Creencias y anhelos; y Conductas y acciones.
El proceso de la aplicación de lo que aprendemos en nuestro estudio bíblico es muy importante, pero también es delicado. Después de todo implica tomar la verdad de la Escritura cómo fue revelada a personas en contextos específicos y distintos al nuestro, reconocer la importancia de dicha verdad y traerla a nuestra actualidad y contexto específico para que impacte nuestra vida diaria. Por eso la ruta que aprendimos en este taller es tan importante: Antes de pensar en nosotros, debemos primero ir al texto y luego considerar su contexto.
Es importante mencionar que saltar directamente de nuestra primera lectura a nuestras vidas es un atajo inválido (aún considerando el contexto). Esto es así, porque nosotros no somos los personajes principales de la Biblia, ¡Es Jesús! por lo que intentar aplicar nuestro estudio bíblico sin poner nuestros ojos antes en Dios seguramente resultará en un error. Ahora, hablando de errores, hay al menos tres categorías de ellos con los que debemos tener cuidado porque es muy fácil caer en ellos si nos descuidamos en el estudio de la Biblia:
Nuestra herencia presbiteriana reconoce el impacto que las Escrituras deben tener en las vidas de quienes las estudiamos. Así, quienes compusieron el Catecismo Menor de Westminster se preguntaron ¿Qué es lo que principalmente enseña la Biblia? Y la respuesta que dieron es que la Biblia enseña principalmente qué es lo que el hombre debe creer acerca de Dios y los deberes que Dios requiere del hombre. Esta respuesta reconoce que la correcta interpretación de la Biblia debe afectar a quienes la estudiamos en dos grandes categorías: Creencias y anhelos; y Conductas y acciones.
El proceso de la aplicación de lo que aprendemos en nuestro estudio bíblico es muy importante, pero también es delicado. Después de todo implica tomar la verdad de la Escritura cómo fue revelada a personas en contextos específicos y distintos al nuestro, reconocer la importancia de dicha verdad y traerla a nuestra actualidad y contexto específico para que impacte nuestra vida diaria. Por eso la ruta que aprendimos en este taller es tan importante: Antes de pensar en nosotros, debemos primero ir al texto y luego considerar su contexto.
Es importante mencionar que saltar directamente de nuestra primera lectura a nuestras vidas es un atajo inválido (aún considerando el contexto). Esto es así, porque nosotros no somos los personajes principales de la Biblia, ¡Es Jesús! por lo que intentar aplicar nuestro estudio bíblico sin poner nuestros ojos antes en Dios seguramente resultará en un error. Ahora, hablando de errores, hay al menos tres categorías de ellos con los que debemos tener cuidado porque es muy fácil caer en ellos si nos descuidamos en el estudio de la Biblia:
I. Aplicación hiper-literal
Podemos caer en este error de aplicación cuando en nuestro estudio ignoramos el contexto de la porción que estamos estudiando. Es importante que recordemos el género del texto que estamos estudiando, así como el momento de la historia de la redención en el que se encontraba la audiencia original. Si no nos acercamos a entender lo que ese texto implicaba para las primeras personas que lo escucharon, estaremos muy lejos de entender qué implicaciones tiene para nosotros hoy.
Un ejemplo podría ser si leemos Levítico 1, y solamente por leer ese capítulo de la Biblia lleguemos a la conclusión de que cada domingo que nos reunamos debemos ofrecer un holocausto de ganado vacuno u ovejuno. En ese caso estaríamos ignorando el contexto en el que fue dado esa instrucción y además estamos tomando un texto y lo estamos aislando del resto de lo que Dios revela en la historia de la redención. Algunas preguntas que podrían ayudarnos a no caer en este error y re-dirigir nuestro estudio son: ¿Hay algún texto que amplíe la información o la instrucción que se da en este pasaje? ¿Cuál es el propósito de dicha instrucción? ¿Dónde está Cristo en este pasaje? ¿En qué forma Jesús cumple lo que se muestra en este pasaje?
Un ejemplo podría ser si leemos Levítico 1, y solamente por leer ese capítulo de la Biblia lleguemos a la conclusión de que cada domingo que nos reunamos debemos ofrecer un holocausto de ganado vacuno u ovejuno. En ese caso estaríamos ignorando el contexto en el que fue dado esa instrucción y además estamos tomando un texto y lo estamos aislando del resto de lo que Dios revela en la historia de la redención. Algunas preguntas que podrían ayudarnos a no caer en este error y re-dirigir nuestro estudio son: ¿Hay algún texto que amplíe la información o la instrucción que se da en este pasaje? ¿Cuál es el propósito de dicha instrucción? ¿Dónde está Cristo en este pasaje? ¿En qué forma Jesús cumple lo que se muestra en este pasaje?
II. Aplicación alegórica
Una alegoría es una ficción en virtud de la cual un relato o una imagen representan o significan otra cosa diferente. Muchas veces podemos caer en el error de intentar interpretar un pasaje leyendo demasiado entre líneas. Esto puede ocurrir en ocasiones como una manera de contrarrestar una interpretación hiper-literal. Cómo no podemos comprender el pasaje literalmente o queriendo "sobre-espiritualizar" el texto, tratamos de conferirle un significado que no tiene.
Quizá uno de los textos que más comúnmente se aplican erróneamente de forma alegórica es la narrativa de David y Goliat. Algunos predicadores suelen usar esta narrativa para inspirar a la congregación a vencer a "los Goliat" de sus vidas, cómo David lo hizo. La alegoría comienza a verse aún más claramente cuando comienzan a asignarle significado a cada una de las 5 piedras. Por ejemplo: la piedra de la fe, la piedra de la palabra, la piedra de la oración, la perseverancia y la del amor. Por un lado esto no se menciona en la narrativa de David y Goliat, ni tampoco en alguna otra parte de la escritura. Por el otro lado, pensar que Goliat representa nuestros problemas cotidianos, y que David es una representación de nosotros es centrar la narrativa en el hombre y no en Cristo.
También es importante reconocer, que los mismos apóstoles usaban la alegoría para comunicar mensajes importantes al pueblo de Dios, por lo que no podemos excluir totalmente la alegoría. Es decir, la alegoría tiene su lugar. Pero ¿cuál sería el limite? ¿cómo podemos usar la alegoría sin llevar esta práctica a un extremo?
Una forma práctica y sencilla de usar la alegoría es asegurarnos que la alegoría siendo utilizada este fundamentada. Por ejemplo, la escritura claramente enseña que Cristo es el mejor y verdadero Adán. Tanto Cristo como Adán tienen una esposa. Cristo tiene a la iglesia y Adán tiene a Eva. La escritura nunca llama a la iglesia "Eva", pero partiendo del hecho de que si hay una conexión real y Bíblica entre Cristo y Adán, podríamos utilizar la ilustración de alegoría para decir algo como "El primer Adán, vió la caída de Eva su esposa, para después culpar a Dios, no reconociendo su propia responsabilidad como esposo. Pero el segundo Adán, Cristo, al ver la caída de Su Eva, la iglesia, tomó sobre si mismo la responsabilidad de Su esposa, siendo el ejemplo perfecto de un esposo, entregando Su vida y cargando con la culpa de Eva en la cruz."
La alegoría tiene su lugar también en casos como la poesía, profecía y parábola. Sin embargo, aún en dichos casos, el mismo texto, junto con su contexto, suelen darnos las claves para comprenderlo y no caer en alegoría extrema.
Algunas preguntas que podrían ayudarnos a no caer en el error de alegoría extrema son: ¿Cuál es el género del texto que estoy estudiando? Si se trata de una narrativa ¿Qué es lo que está pasando en términos generales? ¿Hay algo en el texto siendo estudiado o en otro texto de la escritura que justifique es uso de la alegoría?
Quizá uno de los textos que más comúnmente se aplican erróneamente de forma alegórica es la narrativa de David y Goliat. Algunos predicadores suelen usar esta narrativa para inspirar a la congregación a vencer a "los Goliat" de sus vidas, cómo David lo hizo. La alegoría comienza a verse aún más claramente cuando comienzan a asignarle significado a cada una de las 5 piedras. Por ejemplo: la piedra de la fe, la piedra de la palabra, la piedra de la oración, la perseverancia y la del amor. Por un lado esto no se menciona en la narrativa de David y Goliat, ni tampoco en alguna otra parte de la escritura. Por el otro lado, pensar que Goliat representa nuestros problemas cotidianos, y que David es una representación de nosotros es centrar la narrativa en el hombre y no en Cristo.
También es importante reconocer, que los mismos apóstoles usaban la alegoría para comunicar mensajes importantes al pueblo de Dios, por lo que no podemos excluir totalmente la alegoría. Es decir, la alegoría tiene su lugar. Pero ¿cuál sería el limite? ¿cómo podemos usar la alegoría sin llevar esta práctica a un extremo?
Una forma práctica y sencilla de usar la alegoría es asegurarnos que la alegoría siendo utilizada este fundamentada. Por ejemplo, la escritura claramente enseña que Cristo es el mejor y verdadero Adán. Tanto Cristo como Adán tienen una esposa. Cristo tiene a la iglesia y Adán tiene a Eva. La escritura nunca llama a la iglesia "Eva", pero partiendo del hecho de que si hay una conexión real y Bíblica entre Cristo y Adán, podríamos utilizar la ilustración de alegoría para decir algo como "El primer Adán, vió la caída de Eva su esposa, para después culpar a Dios, no reconociendo su propia responsabilidad como esposo. Pero el segundo Adán, Cristo, al ver la caída de Su Eva, la iglesia, tomó sobre si mismo la responsabilidad de Su esposa, siendo el ejemplo perfecto de un esposo, entregando Su vida y cargando con la culpa de Eva en la cruz."
La alegoría tiene su lugar también en casos como la poesía, profecía y parábola. Sin embargo, aún en dichos casos, el mismo texto, junto con su contexto, suelen darnos las claves para comprenderlo y no caer en alegoría extrema.
Algunas preguntas que podrían ayudarnos a no caer en el error de alegoría extrema son: ¿Cuál es el género del texto que estoy estudiando? Si se trata de una narrativa ¿Qué es lo que está pasando en términos generales? ¿Hay algo en el texto siendo estudiado o en otro texto de la escritura que justifique es uso de la alegoría?
III. Aplicación moralista
Esto sucede cuando la aplicación de nuestro estudio bíblico llega a lo que debemos hacer sin antes mostrarnos qué debemos creer, cuándo nos enfocamos en las
manos antes de poner nuestra atención en la cabeza o en el corazón. Sí, cuando estudiamos la Biblia, Dios va a transformar nuestra conducta, pero antes va a transformar nuestros corazones. Si nos damos cuenta de que después de nuestro estudio de la Biblia sabemos qué debemos hacer pero no sabemos por qué debemos hacerlo, es momento de dar unos pasos atrás, orar y seguir estudiando (o de preguntar a algún hermano con el que nos guste estudiar). Recordemos qué es lo que enseña principalmente la Biblia: lo que debemos creer sobre Dios y lo que Dios exige de nosotros. Nuestro estudio de la Biblia debe contestar ambas cosas.
Entonces, si nos damos cuenta de que estamos cayendo en ese error podemos preguntarnos ¿Qué me enseña este pasaje sobre Dios que debe motivarme a actuar como entendí en este texto?
O, por ejemplo, en las epístolas de Pablo, donde es tan común encontrar la frase “por lo tanto” antes de una indicación de conducta, podemos preguntarnos ¿Por qué está ese “por lo tanto” ahí? La respuesta generalmente la encontraremos en capítulos o versículos anteriores. Hay algunas cosas que estos tres errores tienen en común y que manifiestan que se está ignorando una o varias de las cosas que aprendimos en este taller. Al final, tiene sentido que se haya mencionado en el tema de aplicación mucho de lo que en otras reuniones ya platicamos, porque este es el paso final del estudio bíblico y depende de una buena estructura y disciplina. Las cosas que tienen en común estos errores son la falta de conocimiento de la Biblia como una unidad, la superficialidad en el estudio del pasaje y su contexto, y la más grave, casi siempre que caemos en algún error así es porque perdimos de vista que el pasaje que estamos estudiando (el que sea) trata sobre Jesús. Esto nos impide llegar a la interpretación y aplicación que necesitamos:
manos antes de poner nuestra atención en la cabeza o en el corazón. Sí, cuando estudiamos la Biblia, Dios va a transformar nuestra conducta, pero antes va a transformar nuestros corazones. Si nos damos cuenta de que después de nuestro estudio de la Biblia sabemos qué debemos hacer pero no sabemos por qué debemos hacerlo, es momento de dar unos pasos atrás, orar y seguir estudiando (o de preguntar a algún hermano con el que nos guste estudiar). Recordemos qué es lo que enseña principalmente la Biblia: lo que debemos creer sobre Dios y lo que Dios exige de nosotros. Nuestro estudio de la Biblia debe contestar ambas cosas.
Entonces, si nos damos cuenta de que estamos cayendo en ese error podemos preguntarnos ¿Qué me enseña este pasaje sobre Dios que debe motivarme a actuar como entendí en este texto?
O, por ejemplo, en las epístolas de Pablo, donde es tan común encontrar la frase “por lo tanto” antes de una indicación de conducta, podemos preguntarnos ¿Por qué está ese “por lo tanto” ahí? La respuesta generalmente la encontraremos en capítulos o versículos anteriores. Hay algunas cosas que estos tres errores tienen en común y que manifiestan que se está ignorando una o varias de las cosas que aprendimos en este taller. Al final, tiene sentido que se haya mencionado en el tema de aplicación mucho de lo que en otras reuniones ya platicamos, porque este es el paso final del estudio bíblico y depende de una buena estructura y disciplina. Las cosas que tienen en común estos errores son la falta de conocimiento de la Biblia como una unidad, la superficialidad en el estudio del pasaje y su contexto, y la más grave, casi siempre que caemos en algún error así es porque perdimos de vista que el pasaje que estamos estudiando (el que sea) trata sobre Jesús. Esto nos impide llegar a la interpretación y aplicación que necesitamos:
Aplicación Cristo-céntrica
Es la que reconoce que el texto tiene un género literario, que el texto se escribió para una audiencia original para la que tuvo implicaciones en un tiempo específico en la historia de la redención, pero que al mismo tiempo reconoce que el texto se trata de Jesús y que por Él y sólo en Él, el texto tiene implicaciones poderosas e importantes para nosotros el día de hoy también.
Una aplicación cristo-céntrica responde correctamente a las preguntas ¿qué debo creer sobre Dios? y como consecuencia de eso ¿qué exige Dios de mí? Y de esa forma no ignora que la Palabra de Dios sí provoca cambios en nuestra conducta y en nuestros hábitos, pero que antes lo hace en nuestro corazón y en nuestra mente por el poder del Espíritu Santo; y que a final de cuentas todo eso lo logra mostrándonos a Cristo y el evangelio del reino de Dios .
Tomando el ejemplo anterior, Goliat es el líder de los filisteos, quienes representan a los enemigos de Dios y Su pueblo. El pueblo de Israel junto con su temor, apunta a nosotros la iglesia, que por si misma no puede contra sus enemigos. Y David es una sombra de Cristo quien vence a Goliat y a los enemigos de Dios, trayendo salvación al pueblo de Dios. Por lo tanto, podemos dejar de temer, ya que el David verdadero, Cristo, ha vencido a nuestros peores enemigos, incluso los más grandes como el diablo, el pecado y la muerte.
Una aplicación cristo-céntrica responde correctamente a las preguntas ¿qué debo creer sobre Dios? y como consecuencia de eso ¿qué exige Dios de mí? Y de esa forma no ignora que la Palabra de Dios sí provoca cambios en nuestra conducta y en nuestros hábitos, pero que antes lo hace en nuestro corazón y en nuestra mente por el poder del Espíritu Santo; y que a final de cuentas todo eso lo logra mostrándonos a Cristo y el evangelio del reino de Dios .
Tomando el ejemplo anterior, Goliat es el líder de los filisteos, quienes representan a los enemigos de Dios y Su pueblo. El pueblo de Israel junto con su temor, apunta a nosotros la iglesia, que por si misma no puede contra sus enemigos. Y David es una sombra de Cristo quien vence a Goliat y a los enemigos de Dios, trayendo salvación al pueblo de Dios. Por lo tanto, podemos dejar de temer, ya que el David verdadero, Cristo, ha vencido a nuestros peores enemigos, incluso los más grandes como el diablo, el pecado y la muerte.